General,  Violencia de género

25N: reflexiones sobre la violencia de género

El próximo 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional Contra la Violencia de Género.

No hay semana que no escuchemos en las noticias que un hombre ha matado a su pareja o ex pareja. Las estadísticas demuestran que a día de hoy se sigue tolerando y justificando la violencia de un modo normalizado. ¿Pero por qué?

 Los varones que ejercen violencia contra sus parejas nos son enfermos, ni personas desequilibradas. Las mujeres que lo sufren tampoco son menos inteligentes, de clase baja o con menos cultura…

Mujeres y hombres de todas las clases, culturas, razas… se ven dentro de éste problema que no es particular. Es Social.

La causa está sobre una estructura social que alientan a ejercer control sobre las mujeres y que justifica su virulencia.

Para saber un poco más, trascribo la entrevista que Iluminada Regateiro (IR), presidenta de AMAT (Asociación de Mujeres por  Alhaurín de la Torre) me hizo en su programa Voces de Mujer del Canal Torre Visión.

 IR ¿CUALES SON LAS CAUSAS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO?

RCH Cuando se debatió en el congreso la ley integral contra la violencia de género, se hicieron muchos debates hasta decidir cómo nombrar a esta ley.

Se barajaban los nombres de violencia contra la mujer, violencia machista y violencia de género.

Se descartó el de violencia contra la mujer, porque esta denominación hacía pensar que cualquier delito cometido contra una mujer, independiente del motivo por el que se cometiera, sería tipificado dentro de esta ley. Entonces estaríamos haciendo el énfasis en el sexo. Es decir: por tener cromosomas XY comenten ese delito.

Entonces podríamos hablar de muchas cosas: por ejemplo, si un ladrón te pega un tirón del bolso por la calle, ya sería un delito contra una mujer.

Sin embargo esta ley no quería hablar de estos casos, sino de los delitos que se comenten contra las mujeres, porque no cumplen con su papel de “Buenas mujeres”.

Es decir, al introducir la idea “buena mujer”, ya estamos introduciendo un factor cultural.

Esto lo veremos muy bien  a través de ejemplos:

Desde que nacemos, e incluso antes de venir al mundo, ya se tienen unas expectativas sobre cómo seremos niñas y niños. Para comprobarlo no tenemos más que ver los dibujos de las cortinas, las lámparas, las alfombras, los juguetes que se ponen en el dormitorio de un niño o de una niña:

A la niña se la identifica con objetos rosas: y esto simboliza: ser buena, ser cariñosa, ser dulce y delicada. Al meter muñecas: ya se la pre-programa para cuidar, mimar, educar, atender…. Vamos para ser madre, con su cocinita, en casa….

Al niño, se le identifica con el azul, que conlleva fuerza, logro, e incluso violencia. Algunos juguetes son superhéroes que arreglan el mundo, príncipes protectores de las damas, coches veloces, construcciones que le prepararán para el mundo laboral. Y por supuesto: un balón para jugar en la calle con otros niños.

Bueno, nos hacemos mayores y ya venimos, con el programa instalado que dice cómo seremos en la relación  de pareja:

Nosotras princesas obedientes, y ellos duros caballeros.

Este es el terreno abonado para que ellas se vuelquen en sus vidas a las atenciones del marido y la descendencia, y él, no se tenga que encargar de estos asuntos, y se pueda dedicar  a mandar sobre el castillo, las tierras, la economía…

De modo que se forman personas dependientes: ellos de que alguien cubra sus afectos, sus relaciones íntimas y familiares, y ellas, de que alguien “las proteja” de los peligros de fuera.

Bueno, pues esta es la teoría. En los cuentos nos dicen que príncipe y princesa se casan, comen perdices y son felices…

Sin embargo nunca nos continúan el cuento.

 Y en la práctica, yo pienso que es porque no se atreven a decirnos lo que pasa después.

Pero básicamente es muy sencillo: ni ella es una princesa de cuento, y él, es un príncipe que destiñe. Así que aquí viene el problema:

Ella hace todo lo posible para que él cambie: y para ellos habla, se queja, protesta, se arregla para llamar su atención… Pero nunca lo hace “bien”

Y él… Utiliza todos los medios a su alcance para dominar a su súbdita que está sacando los pies del tiesto. Cómo: como le han enseñado desde que es pequeño: con sus armas violentas.

Así que ellas piensas que siguen teniendo que entregarse más y mejor a sus príncipes y ellos, que deben “meterlas en vereda” (incluso por su bien)

Así que hay que tener en cuenta que: cuando hablamos de violencia de género lo hacemos teniendo en cuenta el hecho de desigualdad social que sigue existiendo entre mujeres y hombres. Por tanto, cuando se ejerce  violencia y hay una situación anterior de desigualdad, no se puede considerar de igual modo que cuando se da violencia entre dos personas que  socialmente tienen una igualdad.

El mismo ejemplo lo veríamos en casos de xenofobia: si un una persona de raza negra la pegan una paliza  por ser negra, es un agravante. Que si esa paliza es entre dos personas blancas o dos negras.

O no es lo mismo que el toxicómano que te tira al suelo por robarte el bolso, que el marido que te empuja hasta que caes porque no le parece bien que quieras trabajar. (Como ocurre en la película Te doy mis ojos)

IR ¿ES CONSCIENTE EL ACOSADOR DEL DAÑO QUE PROVOCA A SU VÍCTIMA?

RCH  Digamos que el hombre, cuando maltrata, lo hace por dos motivos: Por un lado, porque no puede permitir que ella le juzgue, le lleve la contraria, o quiera hacer algo que él no ve con buenos ojos. O bien, porque se autojustifica pensando que “lo hace por su bien” y en este caso se convence de que el fin justifica los medios.

Así que él no se plantea si le hace daño o no, está centrado en sí mismo.

Lo que sí puede ocurrir, y suele pasar, es que una vez ha pasado la crisis gorda. Él se arrepienta de haber llegado a ese extremo y prometa que va a cambiar.  Pero de lo que se arrepiente es de la forma de haberlo hecho, no de los motivos que le llevaron a ello.

Esto es clave para comprender, que en el futuro, ante una situación similar, por mucho que él haya prometido, él volverá a repetir lo mismo.

IR ¿ENTONCES  quieres decir que en una relación de maltrato, la violencia nunca terminará?

RCH En este tipo de relaciones ocurre lo que se denomina: ciclo de la violencia.

El ciclo es como un bucle cerrado que se repite una y otra vez.

Comienza con la tensión por cualquier cosa pequeña, pero que tiende a ir  “in crescendo”, hasta que hay una explosión de violencia. Una vez que pasa, llega el arrepentimiento y las promesas de cambio: a esto se le denomina: luna de miel.

La luna de miel es la que engancha para no dejar la relación, por la ilusión de cambio.

Y las otras dos fases, enganchan en el miedo. Ella no puede salir porque teme por su integridad.

Y así, se repetirá una y otra vez y no cambia. Bueno, lo único que cambia es el tiempo entre las fases, que cada vez se acorta más, y la dureza de las crisis, que cada vez son más graves.

Especialmente si ella quiere salid de la relación.

IR ¿DEPENDE EL AGRESOR DE SU VÍCTIMA?

RCH Totalmente, por eso no puede permitir que ella se vaya. Y mayor grado de violencia ocurre cuando ella se quiere separar.

Como decíamos al explicar la violencia: hombres y mujeres nos especializamos tanto, que no sabemos hacer lo que hace el otro sexo. De modo, que los hombres sin sus parejas, también se sentirían desvalidos en muchos aspectos. Les surgirían miedos, inseguridades, se cuestionarían lo que ellos piensan que es su virilidad…

Y lo que les pasa, en el fondo, es que también son dependientes.

La diferencia con las mujeres, es que ellos nunca se lo reconocerían ni a sí mismos. Recuerda, los hombres, por el modo en que han sido educados, no pueden demostrar vulnerabilidad ni dependencia.

IR ¿QUÉ SE LE PUEDE DECIR A UNA PERSONA QUE DICE SENTIRSE ACOSADA?

RCH Que aprenda a mirar por sus propios ojos. Que deme de mirar por los de él.

Él tratará de reinterpretar todo a su antojo. Haciendo insegura a la mujer y no permitiendo que siga su “instinto”.

Las mujeres deberíamos conectar más con nuestras necesidades, creer más en nosotras mismas.

Que aunque se haya dicho siempre que la lógica es yang, o masculina. Las mujeres también tenemos nuestra lógica y nuestras percepciones. Lo que pasa es que no siempre les ponemos nombre.

Por eso es muy importante, si una no lo tiene claro, tiene dudas, no se encuentra bien… Que salga del aislamiento. Que pruebe a mirar con otros ojos: que hable con gente de confianza, con su familia, sus amistades, compañeras de trabajo… y si es necesario, que no tema venir a terapia y que hable con una abogada, como en Alhaurín de la Torre, que tenemos a Mª Angeles para asesorar en estos casos.

En terapia no le vamos a juzgar ni a decir que lo hace mal. Sólo vamos a intentar que ella aprenda lo que necesita y lo que le va mal. Para que se proteja.

IR ¿DEL MALTRATO PSICOLÓGICO, QUÉ NOS PODRÍAS DECIR?

RCH Que es el gran invisible.

Es la base del iceberg. No se ve, pero es lo primero que ocurre.

Siempre que se habla de violencia o que hay campañas de prevención , se visibiliza la violencia extrema, la que deja huella física. Pero no la que deja huella moral y emocional.

Además de que es más difícil de identificar, también es más difícil de sanar. Para esta no existen tiritas.

Pero no podemos olvidar que antes de la mano en alto, seguro que ha habido faltas de respeto, humillaciones, infravalorizaciones.

Antes de levantar la mano, le habrá dicho” y tú que sabes de esto”, o “estás loca”, “nadie te quiere”…

IR ¿POR QUÉ NO SE SEPARAN LAS MUJERES QUE VIVEN VIOLENCIA DE GÉNERO?

RCH Bueno, hay muchos motivos, son como las piezas de un puzle. Todas están y todas encajan, aunque a simple vista no lo entendamos desde fuera. Por miedo, por inseguridad…

Siempre se dice que a mí eso no me pasaría. …

Sin embargo no se tiene la cuenta el proceso de deterioro que el maltratador va haciendo desde el principio:

Primero, probablemente la haga sentir “una reina”. Ella será princesa. Y ella amará esta parte de el.

Luego, una vez que ya ella está segura, comienza el acoso y derribo: sutil:

Criticando  a las amistades que a él no le “interesan”,  pidiendo que no salga tanto con su familia “pues el la necesita”, “diciéndola que no trabaje y disfrute en casa…” y así consigue ganar una batalla. Ya la tiene aislada. Ya se protege de “malas influencias”.

Luego le critica su forma de ser: “demasiado de algo, nada de otra cosa… y va fomentando inseguridad.

Más adelante vendrá el miedo: si me dejas, te quedarás sola, nadie te va a querer como yo…

O la culpa: si me dejas me muero, o me mato. Sin ti no soy nada…. Zorra. ( pero esto no en el sentido de astuta, como nuestro juez Juan del Olmo quiso hacernos creer)

Y si es necesario: pues llegará al miedo: si te vas, prepárate, no te atreverás a salir así, rompe objetos o pega puñetazos, demostrando de lo que es capaz…

Y por último, la violencia física.

Entre medias, puede haber abusos sexuales, abuso económico… y factores estructurales que dificultan su salida: pensar que la justicia no la va a proteger, que la familia le diga que debe aguantar, que es su marido, que cómo se va a separar con los niños que tienen en común…

Yo siempre digo que son como botones que ellas tienen activados y ellos aprietan según la necesidad, para que ellas vuelvan al redil.

IR ¿QUÉ LES PASA A LAS MUJERES, POR QUÉ NO DENUNCIAN?

RCH Porque a día de hoy, la mayoría de las mujeres no saben cómo poner una denuncia, y ven todo el proceso policial y judicial como un proceso en el que ella no son las protegidas, sino las cuestionadas.

 A nivel emocional es muy difícil denunciar a alguien por el que te has preocupado tanto tiempo. Por el que todavía quedan sentimientos, a alguien que un día, fue un príncipe azul y que esperan que vuelva a salir a la luz…

Además,  encontrar pruebas de lo que ocurre en el ámbito doméstico es muy difícil. Nadie lo ve, no deja huella la mayoría de las veces…

Tras el juico  temen perder el control de sus vidas…

¿Le obligarán a dejar a su hijo con el maltratador?, ¿cómo le protegerá en caso de que también lo trate mal a él? Y si él, tras la sentencia está más enfadado y va a por ella. ¿Quién la protege?

A día de hoy, las pulseras para maltratadores no se ponen con la frecuencia que se debiera.

Y por último, para seguir reflexionando sobre el tema, recomiendo algunas películas,  libros y una APP:

Película: TE DOY MIS OJOS, No estás sola, Sara.

Libro: Cuando el amor es odio, Íbamos a ser reinas.

APP: DetectAmor  http://www.juntadeandalucia.es/institutodelamujer/index.php/areas-tematicas-coeducacion/app-detectamor

app_detectamor_movil