Reflexiones tras el taller “El papel que juegan los roles de género en la mediación familiar»
Los pasados 22 de abril y 13 de mayo desde Solucion@ impartimos un taller de 5 horas titulado “El papel que juegan los roles de género en la mediación familiar» en la Facultad de derecho de Málaga y en el Colegio de Trabajo Social de Córdoba.
Comenzamos los talleres con el objeto de sensibilizar a profesionales de la mediación para que comprendan las dificultades dentro de la pareja y los conflictos en los procesos de divorcio o separación de una manera más integral. Teniendo en cuenta la construcción de la identidad de cada persona se conforma en función del factor cultural.
Dependiendo del origen cultural de cada persona, llevará inscrito en su código mental una forma de entender el mundo, las relaciones sociales y a sí mismo/a.
Entre estas variables culturales, encontramos el factor género, es decir, los valores, necesidades, expectativas que la sociedad atribuye a cada persona en función del sexo asignado.
Durante la relación de pareja, esta especialización de las responsabilidades dentro del contexto familiar no genera dudas, cada cual hace lo que “debe hacer”. Lo que le han enseñado a reproducir en función de los valores inculcados socialmente. Y cuando la pareja se lleva bien, aunque haya quejas, no hay conciencia de la necesidad de cambio.
Sin embargo, ante una separación, el padre y la madre cambian de posiciones y pierden el aporte que la pareja hacía hasta ese momento, y las partes quedan “cojas”, momento en el que comienzan los reproches mutuos de no desarrollo en cada faceta. Es habitual escuchar cómo:
– Las madres se quejan de la falta de cuidado por parte de los padres y
– Los padres de que ellas “son unas mantenidas” que se aprovechan económicamente.
A grandes rasgos, a lo largo del taller analizamos la importancia de ayudar a las partes a poner en valor el trabajo que cada cual ha hecho hasta ese momento para elaborar procesos de reconocimiento del pasado y de la otra persona. Pero de cara al futuro será interesante que tomen conciencia de las ganancias que adquieren aprendiendo a desarrollar esa faceta que hasta el momento no han fomentado tanto por delegarla en “el otro”: en el caso de ellas la autonomía y desarrollo personal y profesional y en el caso de ellos el fomento de los cuidados, los afectos y la conexión íntima.
De modo que si durante el proceso de mediación queremos ayudar a la pareja a encontrar acuerdos equilibrados, será interesante tener en cuenta las fortalezas y dificultades personales, pero también basadas en sus roles sociales adquiridos así como la realidad social en la que vivimos.
Al respecto hablamos de que no se debe obviar el “extra” de dificultad que tienen las mujeres para acceder al mundo laboral; Según la EPA (encuesta de población activa) de 2013 las mujeres representan el 72,5 % de contratos a tiempo parcial y el 43% de los contratos indefinidos) y las mujeres ganan un 24% menos que los varones Encuesta Anual de Estructura Salarial del 2013. Así como la castración social a los varones para expresar determinados sentimientos que ayudan a fomentar vínculos afectivos e íntimos.
No hace falta decir que cuando una pareja llega a mediación, ya tiene un conflicto, probablemente muy enquistado, y que ya han pasado el momento de resolver posibles desavenencias que les llevaron a la separación. Pero sí tienen la oportunidad de aprender otra forma de seguir relacionándose. Por eso, aprender como profesionales a analizar el origen de los conflictos de pareja en función de sus roles de género y cuestionar el modo de afrontarlos, contribuirá al procesos de gestión de un modo creativo y alternativo.
Hacerlo desde la perspectiva de género permite comprender los procesos de separación y divorcio poniéndose del lado de ambas partes para ayudarles a expresar sus miedos y necesidades y así poder fomentar separaciones menos conflictivas y más saludables
Como cierre de éstas reflexiones sobre el taller, me gustaría compartir la satisfacción que he sentido al recibir el interés por parte de los y las mediadoras asistentes y el reconocimiento de la importancia de aprender a mirar con “gafas Violetas” para incluir la perspectiva de género no sólo en los casos de mediación familiar, si no en su vida profesional y personal.
Si el cambio lo comenzamos en primera persona, la transformación está asegurada.
Rocío Carmona Horta, psicóloga y mediadora, socia de SOLUCION@
14 de mayo de 2016