Agradecimiento Premio Farola 2016
Los faros son los elementos que iluminan a navegantes en su travesía y su función es desprender una señal marítima luminosa para que los barcos puedan localizar el puerto por las noches. Cada faro tiene un destello con un ritmo determinado para que desde el mar y con niebla se sepa qué faro es. Pero los faros no sólo tienen su función durante la noche, de día, la torre es «una señal ciega», pero orienta a los barcos que se aproximan para saber hacia dónde se tienen que dirigir.
Pero éste faro, no es un faro cualquiera, ¡!!es una Farola!!!,
Es un elemento transgresor, singular, especial. Por qué no es un faro masculino. Es una farola femenina. La única en toda la península.
Además, es uno de los símbolos de Málaga, mi tierra de adopción.
Y a partir de ahora, esta farola también el símbolo de la luz entre las tinieblas de la desigualdad.
El Premio Farola es trasgresor y nos lo concedéis a 9 mujeres reconocidas por nuestra travesía hacia la igualdad.
Este es un periplo que no es fácil; olas, vientos, tempestades patriarcales asolan la mar en la que navegamos.
Pero tenemos un rumbo claro.
Cuando la igualdad no es un trabajo y la perspectiva de género no son solo unas raras palabras. Cuando vibramos en la misma frecuencia que los derechos humanos sabemos que otro mundo es posible. (y que las mujeres somos humanas)
Mis padres me enseñaron que lo que hacemos, lo debemos hacer con calidad. Y que la sonrisa ilumina más que la electricidad. Así que esto lo he mamado y transmitido en el trabajo.
Trabajo intensamente, desde la pasión y la ilusión. Sé lo que quiero y me trato de poner en coherencia porque es la única forma de vivir en sintonía con el universo y por tanto de acercarnos a lo que nos proponemos.
Aunque no siempre los trabajos son reconocidos. Hoy se reconoce mi periplo. Así que estoy muy agradecida.
Agradecida porque no hay mayor satisfacción que hacer lo que te gusta y apasiona. Y eso es para mí Sapiensex.
La excusa para poner mi gota de agua en el mar en que navegamos.
Llegué a vivir a Málaga justo ahora hacen 7 años. Sin trabajo, sin amistades, pero con muchas ganas de construir una vida que me gustara.
Comencé un curso de educación sexual con adolescentes en el Instituto Sexológico de Málaga y a fin de curso tenía que preparar un trabajo enfocado a la educación sexual con jóvenes.
Por el trabajo que había realizado en la asociación de mujeres para la salud, en Madrid, sabía que las mujeres tenemos grandes carencias en torno al placer y las relaciones sexuales compartidas. Y que los varones se construían bajo un modelo rudo coitocéntrico y falocentrista. El pene es lo más importante y el coito la única vía verdadera de disfrute.
También sabía cuáles eran los miedos y necesidades de los chicos y las chicas jóvenes.
Así que ya tenía lo que yo quería enseñar, lo que los chicos y chicas deseaban saber pero… pero no tenía claro cómo hacerlo.
Esto es como los faros, que cada faro tiene un destello con un ritmo determinado y yo quería saber cuál era el destello de Sapiensex.
Yo sabía que no quería hacer clases magistrales. No sólo porque no llegan a la gente joven. Si no por mí misma. Porque esa forma me aburría. No me motivaba ni inspiraba.
Así que decido hacerlo como un juego. Sabemos que las personas tenemos una tendencia natural al juego. Desde que nacemos se nos estimula a través de juegos para que vayamos aprendiendo y adquiriendo determinadas habilidades. Pero no sé por qué extraña razón, a partir de una edad las cosas serias deben ser aburridas y entonces dejamos de jugar y divertirnos. Pero estaba claro que a mí eso no me iba.
Así fue cómo identifiqué qué luces, qué ritmo, que compás creía que podía ser el más adecuado.
Y ya tenía mi farola, mi tipo de iluminación.. Pero me falta la energía que alimenta la farola. Y aquí es donde entran un montón de personas que me acompañan y estimulan.
Hay un montón de personas: amigas, conocidas e incluso desconocidas que se acercan a Sapiensex… que en conversaciones sobre el tema me dan ideas, hacen propuestas, motivan… y es gracias a ellas que Sapiensex va tomando cuerpo y fuerza del modo específico: así que paso de haber hecho un Sapiensex casero a ser un juego on line, traducido al inglés y casi casi también al francés. Con un manual de uso y que se puede jugar en cualquier lugar del mundo.
6 años han transcurrido desde que salí del puerto, 6 años de mucho trabajo, investigación, incertidumbre y satisfacciones. Y hoy atraco en éste puerto, pero no para quedarme, si no para llenar de energía mi barco y con más fuerza si cabe, volver a la mar a seguir surcando otros mares.
Pero está claro que con éste cariño que me habéis dado y éste reconocimiento, me siento sobrecogida y os agradezco de corazón, al Instituto Andaluz de la Mujer, al jurado que ha participado en la elección de las candidatas, a mis amigas y compañeras de Puntos Subversivos , Salomé, Anabel, Teresa, Maribel, Marcela, Pilar… y a todas las personas que habéis creído en Sapiensex por vuestro apoyo y reconocimiento.
Por todo ello, quiero agradeceros enormemente el honor de ser elegida como una mujer que ha desarrollado una iniciativa que merece ser reconocida en la travesía de la igualdad entre mujeres y hombres.
Muchas gracias.
14 de noviembre de 2016