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¿Cómo superar mis miedos en el sexo?

Esta vez, en el Espacio Sapiensex de Dos Rombos, hablamos sobre cuáles son los miedos más comunes en el sexo y cómo superarlos.

Os dejo la transcripción del programa y el enlace al vídeo en streaming por si lo quieres escuchar:

Comenzamos hablando de emociones, en concreto de la emoción de miedo. Esa emoción que no deseamos tener y que nos paraliza. Que escondemos por pensar que nos hace más débiles y vulnerables y que la sociedad se empeña en marcar como una emoción negativa.

Pero, ¿es esto cierto?
Vamos a intentar desvelarlo a través de la pregunta Sapiensex de hoy:

¿Verdadero/falso y por qué? El miedo es de gente cobardes.
Las personas valientes no tienen miedo.

Pues así es, la respuesta correcta es falso. Las personas valientes también tienen miedo lo que pasa es que se enfrentan a él que lo intenta superar. No se trata de eliminar el miedo sino de saberlo gestionar, de saber qué hacer con esa emoción que tenemos los seres humanos y que es muy adaptativa.

Y… ¿Quién No tiene miedo?
El miedo como todas, es una emoción adaptativa. Nos sirve para algo en concreto. El miedo nos sirve para protegernos del peligro. Tener miedo es una emoción muy sana y protectora de la vida y no tenerlo nos puede inducir al riesgo y puede que incluso a la muerte. Las personas que no sienten miedo o que se entrenan para no sentirlo van superando cada vez más barreras y pueden llegar incluso hasta el límite de superar la barrera de la vida. Esto está muy relacionado con cuestiones de género. Los niños, tienen una mayor tasa de mortalidad que las niñas, y tiene mucho que ver con el hecho de asumir conductas de riesgo.
Como decía, el miedo es sano y adaptativo siempre y cuando sea ante peligros reales. Sin embargo a veces no sabemos distinguir entre el peligro real y el irreal. Cuando digo peligros irreales me refiero a aquellos que son como fantasmas. Se generan ante pensamientos que están en nuestra mente y que no tienen nada tienen que ver con la realidad. (O es muy poco probable que ocurra aquello que tenemos). En estos casos, la emoción es real, pero no el contenido que despierta esa emoción.
También existen miedos que nos llevan a comportamientos adaptativos. Estos miedos se activan ante pensamientos más objetivos y universales. Es decir, se sienten por igual en cualquier cultura y lugar del mundo. Son aquellos ante los cuales los seres humanos somos vulnerables, como puede ser el miedo a los animales peligrosos, a los ruidos estruendosos… Y los otros, suelen tener un origen social. Me refiero a esos miedos que nuestra cultura nos ha ido inculcando para que nos vayamos adaptando a ella y no nos salgamos de la norma. En estos casos nos podríamos encontrar el miedo al ridículo, el miedo al rechazo… y estos miedos no son universales sino que depende de en cada lugar donde yo me he criado y de la educación que haya recibido. Como nuestra cultura hemos recibido muchos prejuicios y tabúes sobre la sexualidad pues es normal que nos dé miedo a hablar sobre este tema.

Imaginaros, la sociedad nos dice cómo debemos de ser, cuál debe ser el estándar de nuestro cuerpo, qué tipo de comportamientos debemos desear y cuales no…
Existen infinidad de artículos y estudios que valoran y nos dicen hasta comernos el coco cuál es el estándar de veces que vamos a tener relaciones sexuales, cuál es el tamaño estándar de nuestro cuerpo, cuáles son las fantasías más habituales, cuáles son los comportamientos que son más comunes y cuáles son excéntricos y reprobables, nos dicen qué es deseable y qué no lo es. Y se supone que tenemos encajar en esos criterios de buena voluntad. Y si no es por las buenas… pues será por las malas. A través de la crítica, el rechazo, el castigo social…

Como ya hemos dicho tantas veces… deseamos encajar en los conceptos que la sociedad marca como buenos: que son los de o heteronormatividad, falocentrismo, coitocentrismo…

Bajo éste paraguas patriarcal, los hombres se comportan de manera masculina y las mujeres de manera femenina, a los hombres les gustan ellas a las mujeres les gustan ellos, la penetración es el centro de toda relación sexual, el pene es el órgano sexual más importante…

Sin embargo cada persona somos un mundo y nuestros gustos deseos necesidades intereses son únicos y diversos.

También en este tema podemos encontrar diferencias de género:
Esto es debido a las ideas que nos inculcan de manera diferente a unas y a otros. Es decir si para los hombres lo “correcto” es ser activos, no tomar la iniciativa, tener siempre una buena predisposición, un cuerpo potente y musculado, un tamaño del pene muy grande. Tendrán miedo si piensan que su cuerpo, su tamaño, su orientación, su potencia, su frecuencia, de deseo, su frecuencia… no corresponde con lo que ellos piensan que es la norma.
Recuerdo a uno que me escribió proponiéndome publicar su testimonio en el blog de sapiensex. Si queréis verlo lo podéis leer en el blog. El post se llama el relato de Juan su experiencia con una incurvacion congenita de pene:
Este chico de 27 años, a quien yo he llamado Juan nos cuenta su experiencia. Nos decía que desde muy pequeñito sintió mucha soledad y miedo al darse cuenta de que padecía una enfermedad que solamente 0,6% de los varones padece. En su caso su problema no era tanto por la patología en sí, sino por el gran desconocimiento de su enfermedad. Relataba que el hecho de no tener información sobre ella le genera muchísima angustia, No podía comprender lo que le estaba pasando, ni siquiera el personal médico le supo diagnosticar correctamente. Lo que le pasaba era que los cuerpos cavernosos del pene estaban desproporcionados de tal manera que le generaban una curvatura excesiva durante la erección.
Él fue valiente y se propuso visibilizar esta enfermedad para que otros chicos pudieran sentirse identificados, para que pudieran ponerse en contacto entre sí y pudieran buscar soluciones lo más efectivas posibles y no tener que pasar como él por varias operaciones como le ocurrió a él.
Conozco también casos de chicos que son homosexuales y salen con mujeres para intentar sentirse dentro de la norma pensando que son ellos los que tienen el problema y no la sociedad la
que está enferma.
Estos chicos lo pasa muy mal cada vez que se sienten obligados a tener relaciones sexuales coitales con sus novias. Por lo cual tienen a evitarlas o incluso a no tener pareja.

Respecto a los miedos de las mujeres, los miedos no se producen tanto por temer no ser tan activas como los varones, sino todo lo contrario, por mostrarse demasiado predispuestas. Bueno en el caso de las mujeres siempre tenemos una fina línea imposible de cumplir: Nos da mucho miedo que es el no pasarnos de la raya y mostrarnos muy activas así como ser demasiado pasivas y que “nos puedan dejar por otra”, el temor está en evitar a toda costa ser catalogadas de putas o muy frígidas.
El olor en las mujeres también tiene su propio aparatado… Pues siempre nos han hecho pensar que nuestros genitales son algo sucio y maloliente que debemos suprimir a través de geles íntimos, compresas con olor y lavados excesivos.
También tememos no cumplir con un físico determinado, aquel 60-90-60, tener un buen pecho, estar delgada, tener poca barriga, ninguna cicatriz, estar morenas sin marcas, sin estrías, sin michelines, sin celulitis… Vamos, tener un cuerpo de esos de Photoshop imposible de alcanzar si no es a través de no comer o morir de agotamiento en el gimnasio.
Y sobre la orientación sexual, como a los varones, también nos puede pasar que salgamos con varones para ajustarnos a lo esperado, pero evitemos tener relaciones sexuales con nuestros novios. Sin embargo, esto no se vería tan extraño porque se entiende que las chicas tienen menos deseo. Por lo cual estas mujeres encajarían más en las expectativas y los estereotipos sociales. Aunque no deja de ser un sufrimiento para ellas cada vez que tratan de alejarse de su verdadera orientación y deseo.
Pero a lo que más miedo tienen las mujeres es a que no se las quiera, al rechazo. Por eso suelen asumir actitudes más pasivas más sumisas y hacer lo que sus parejas propongan con tal de ser aceptadas.

Antes decía que estos miedos se activan ante lo que ellos y ellas piensan. Que no tiene por qué tener nada que ver con la realidad. Una cosa es lo que yo pienso y otra cosa es lo que es y muchísimas veces no coincide en absoluto.

Otros casos son aún más extremos…
No todas las personas se sienten identificadas con su género asignado es decir hay mujeres más femeninas y menos femeninas más masculinas igual que hay hombres más femeninos o masculinos. Que las personas seamos cisgenero, es decir que nos sintamos identificadas con nuestro género asignado. Muchas son transgenero y necesitan traspasar las normas asignadas a su género normativo.

Lo mismo ocurre con la diversidad de cuerpos, existen personas intersexuales, que poseen características genéticas y fenotípicas propias de varón y de mujer, cada cual en un grado diferente. Tampoco nos podemos olvidar de las personas transexuales.

¿Os podéis imaginar el sufrimiento de todas estas personas por no encajar con la norma? Toda la presión social para que se ajusten a lo que se espera de ellas?
Hay que ser muy valiente para transgredir. Aunque muchas veces es tan difícil que se puede acabar en el suicidio. Recordáis la canción de Manuel Raquel Tam Tam go?

Así que está claro tenemos que aceptar lo que nos da miedo y buscar estrategias para superarlo.

Existen diversa estrategias para superar nuestros miedos, pero la primera por donde siempre hay que empezar es:
– Por escuchar lo que nos dice nuestro cuerpo y nuestra mente. Tomar contacto con nuestras necesidades y deseos, escucharnos con las los oídos bien abiertos, intentando no juzgar y no criticar desde el primer instante.
– Después podremos compartir nuestras inquietudes, quizás con las amistades quizás con la familia…
– Y si no tenemos confianza en nadie cercano,es posible hacerlo a través de las redes sociales. En este sentido las redes sociales han ayudado mucho a encontrar respuestas y compartir sin perder el anonimato, lo cual da mucha tranquilidad. A través de las redes sociales podemos abrirnos sin que se nos descubra.
– También podemos acudir a profesionales, que para eso estamos, para dar un poco de luz ante tanta oscuridad para dar seguridad ante tanto miedo.
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A veces nos da la sensación de que si hablamos, todo se va a destapar y no va haber vuelta atrás. Nos van a pillar, a conocer un lado oscuro que creemos tener. Sin embargo es cierto que nuestros miedos se destapan si hablamos, pero en el buen sentido de la palabra. Esta es la única oportunidad que tenemos de encontrar a alguien que nos comprenda y nos pueda asesorar, apoyar, comprender, animar, informar, formar…

Eso es lo que hacéis vosotros en dos rombos, lo que hago yo a través del blog sapiensex y lo que hacemos tantísimas personas que colaboramos en este programa y otras que no lo han hecho, pero que también está en plena disposición de acoger y ayudar. Por tanto la recomendación final de hoy sería aceptar que tenemos miedo pero que superarlo es el paso para ser personas más felices y tener una vida más plena.

Así que ya sabéis, para seguir informándoos, me podéis seguir en el blog Sapiensex o el próximo espacio Sapiensex.

¡Hasta el mes que viene!